lunes, 13 de febrero de 2012

Tarta para una bibliotecaria y experimentos congelando fondant

La verdad es que esta semana he ido de cabeza... no he podido acabar la tarta romántica que pensaba para mi reto semanal. Bueno ¡aún queda un día para San Valentín, así que hay un poco más de tiempo!
He hecho, sin embargo, otras muchas cosas (entre ellas pasar un virus griposo), pero no voy a poner todo en un mismo post para no atosigaros...
Me habían pedido una tarta para el cumpleaños de una bibliotecaria, así que casi era obvio que iba a ir por el tema de los libros. Me gustaba una idea muy graciosa de un libro de Debbie Brown, que era una especie de gusano saliendo de un libro.
Y así quedó, me pìdieron que le hicera "gusana" en lugar de gusano, y que tuviera el pelo rubio y los ojos azules como la cumpleañera.

Por otro lado, un experimento que quería probar hace tiempo era congelar tartas ya cubiertas con fondant, es algo que me preguntan mucho en los cursos y nunca lo había hecho.

Tras el último curso de tartas, decidí congelar la tarta que hago yo de muestra, que la suelo dejar casi sin decorar o a medias. Como necesitaba sitio en el congelador, esta semana la he sacado... y ¡el resultado lo veis aquí!
La tarta, una vez descongelada, queda bastante mejor de lo que pensaba. Suda un poco mientras se descongela, pero al final queda bastante bien.
El fondant no queda tan liso como estaba antes de congelar, sobre todo por los laterales.
La siguiente incógnita... ¿cómo estará por dentro?.. Al cortarla...¡corte impecable, se corta fácilmente!
Y finalmente, lo más importante... ¿qué tal el sabor y la textura?
Pues tengo que decir que el bizcocho y el relleno estaban buenísimos, como siempre el bizcocho gana al congelarse, y estaba en su punto de humedad. Seguramente perdió un poco de humedad al descongelar, pero suelo mojarlo bastante, así que quedó bien al final. Sin embargo... el fondant... no estaba malo, pero un poco más seco de lo normal, y había cogido ese sabor extraño que cogen las cosas congeladas, y eso que lo metí en un recipìente de vidrio de su tamaño para que no se deformara y luego lo tapé bien con film transparente.
Quizás en un congelador totalmente vacío, sin otros alimentos que puedan "compartir" sabores quizás hubiese quedado bien, es una incógnita, pero claro, a ver qué haces con el resto de las cosas congeladas.
Por todo ello, mi conclusión es que es preferible hacer la tarta en el momento. Sospecho que si se congela únicamente el bizcocho ya montado y relleno, metiéndolo en un recipiente hermético, también podría este coger algún saborcillo, pero creo que esta opción es más factible que congelar con fondant y todo. En todo caso, los adornos y decoraciones no deberían congelarse, pues lo más seguro es que se rompan.